ADIOS A MI AMADO PADRE

Con tu andar pausado, con tu jean gastado, te fuiste,
Un último “tecito”, un crucigrama andado, dejaste,
Camino tempranero, jardines mañaneros, contigo,
Naturaleza aliada, conversación amena, entablada…
Frases sin desperdicio, siempre sin beneficios pensados,
Testimonios flotando, anécdotas de campo aderezados,
Perfume de tu ropa, pañuelos en el closet, doblados…
Zapatos 38, camisas manga corta y a cuadros,
Botones en el pecho, de orgullos y post- grados, logrados,
Diversas tutorías, de gerencia en la vida, lo humano,
Sonrisa reluciente con frases pegajosas, dejaste,
Camino tan perfecto, humilde y con sabor campechano,
Manos entrelazadas, dulzura de tu voz, susurrando,
Herencia de miopía, recuerdos de la infancia, rondando,
Paseo que fuiste a dar, temprano y que “cayó” martes cuatro,
te fuiste sé que en paz, siempre en nuestro presente, marcado…

ESE SABOR

Entonces probé el sabor de la incertidumbre, el olor de la ausencia, el aroma de la nada, y me decidí a esperar, me senté de hecho en la acera del tiempo, a esperar que las señales falsas desfilaran de primeras, (cual marchante primerizo que agita su bandera).

Entonces degusté ese bocado de quietud, ese manjar de sosiego que estaba preparado para mí y pude consolar mi alma atormentada, y pude relajar mi cuerpo tenso y en alerta ante cualquier cambio.

Entonces me tomé a sorbos esa sensación, me relajé al sentir su tibieza por mi garganta, asentí convencida de que jamás (nada) será igual, me tomé a sorbos la anticipación, la especulación, pude finalmente continuar con mi presente.

 

 

EXTREME MAKEOVER

Caminando por calles tranquilas me encontré este letrero en una tienda bella de ropa femenina : «Disculpa, estamos cambiando para tí». Es una forma más cálida- y de tú a tú -, de decir: » Estamos remodelando.»

Lo cual me da la idea de que quizás sería práctico y hasta sincero poder de vez en cuando colgarnos un cartelito similar «Disculpa estoy trabajando en mí… para tí (o para ustedes)», a veces me siento como «fachada en remodelación», algunas veces tal cual una de esas fachadas antiguas pero que se mantiene estoica ante el tiempo inclemente, otras veces alegre de muchos colores contrastantes, desafiantes.

Sirve de mucho descubrir cuando de verdad estamos en proyecto, remodelando, reubicando, para saber cómo actuar ante la llegada de extraños, las visitas de amigos, la cercanía de un amor o la intimidad de un  momento.

Quizás no sea malo de vez en cuando admitir que «estamos trabajando» en nuestro rinconcito privado, y así estar mejor preparados para la «pronta reinauguración» (de metas, de amistades, de amores, decide tú) 🙂

 

SEGUIR ADELANTE

Seguir adelante no es olvidar, es apreciar el presente, es despertar nuevamente,es sencillamente continuar.

Es retomar el paso marchado, es darle «start» otra vez al cronómetro para hacer nuevos números, siendo los históricos referencia obligada para nuevos desempeños.

Seguir adelante se escribe con algo de dificultad pero con determinación, porque siempre tiene un aire de extrañar lo vivido, un aire nostálgico y lluvioso de despedida…

 

LA HUELLA DEL BISONTE

la huella del bisonte

El libro en cuestión llegó a mí de forma poco convencional.

El efecto de la espera produjo en mí verdadera expectativa, ingrediente vital para disfrutar de un buen libro, de principio a fin.

Con sus frases cotidianas, su trama enmarcada en la Caracas de unas décadas atrás, atrajo mi atención de forma especial.

Lo descubierto a todos pero imperceptible a casi todos es magistralmente narrado por Héctor Torres, quien como un malabarista experto ,juega con las frases sugerentes y también las explícitas.  Revive la realidad de una ciudad, de la adolescencia femenina y sensible, de la madurez cuarentona de un escritor de guiones , lo hace sin apuros, sin frases rebuscadas pero sin obviar lo necesario para recrear en la mente, lo leído.

Qué fácil fue para mí sumergirme en cada una de sus páginas, las anécdotas simpáticas de esa gente común y no tan corriente, qué placer identificarse con el florecimiento de seres puros y casi místicos pero también traviesos e impulsivos, representado en «las muchachas» dueñas de esta genial historia.

Leer trae consecuencias, siempre imperceptibles a los demás, es como un secreto que intimida, que hace sonreir al evocar esa voz aniñada  de la Torrojas que parece arrullar cada huella que deja el escrito al descubrirlo :  «Quiero estar junto a tí».

EL MUELLE BLANCO

Allí estaba ella. Fresca como la brisa de mañana, con la inocencia trenzada en su largo cabello. Pasaba siempre en la vía a su colegio, compraba allí su «juguito» y alguna hoja de papel ministro.

El sabía exactamente la hora en que iba a pasar. Acomodaba los estantes, se pasaba un peine imaginario, tronaba sus dedos y a esperar. Le hubiese gustado saber lo que era estudiar, pero su vida de comerciante heredada lo había convertido en un «viejo prematuro».

Su aroma a splash marino hacía de aquella bodeguita un muelle, él se transportaba de inmediato : Aquel muelle blanco de mañanita, el sonido del mar susurro envolvente y relajante, sus manos libres de testigos se acercan, necesitan contacto, sus miradas se cruzan sin barreras…

«Cuánto es» dice ella para hacerlo volver a la realidad, pero su sonrisa tierna y comprensiva le dice sin palabras «somos dos».

Se despide, dejando la estela vital para sus pulmones…A sus 13 años cada mañana siente que el cielo baja a su bodeguita y el muelle blanco está allí, esperando por sus pensamientos y fantasías azules.

LOS GRANDES AMORES

Los grandes amores existen, nacen a pesar de las estadísticas y los nuevos tiempos, porque se amparan en las leyendas y en las grandes historias de siglos pasados.

Ellos se redefinen, se reinventan, respiran y a la vez descubren nuevos besos, nuevas caricias, nuevas metas aderezadas con emoción adolescente.

Discuten, sacan cuentas, anotan pendientes, son «normales» pero quieren descollar en lo que emprenden juntos.

Estoy convencida de que los grandes amores se encuentran en las coordenadas del otro, sin hilos de marioneta, mas bien con hilos invisibles de afinidad y deseo renovado.

UNA COPLA NAVIDEÑA

A mí se me está ocurriendo,

desde que empezó Diciembre,

no es fácil venir corriendo,

para cantarle al pesebre,

aunque hayan muchos motivos,

para celebrar la fecha,

también hay bastante niños,

que están «con la carta hecha».

Es un año que se acaba,

y otro volverá a empezar,

tanto que el país soñaba,

no todo se cumplirá…

Pero no quiero extenderme,

ni sugerir divisiones,

mas bien quisiera entenderte,

que sepamos «más canciones».

Es necesaria la paz,

para unir nuestros caminos,

deseo Feliz Navidad,

¡ A aquel que sienta lo mismo!

jaiiiii

LA PAREJA DORADA

Su sonrisa me conquistó de inmediato. En la esquina de siempre, con la esposa de siempre esperaba a que bajara el tráfico.

Caballero de fina estampa, con sus «sesenta y pico» bien llevados, siempre lo veía feliz. Pasando un brazo sobre los hombros de su amada, podía imaginársele el rey del mundo. Cabello plata, anteojos también plata, sonrisa amplia, saludaba con garbo a sus conocidos.

Ella discreta, madura y cálida, como su sonrisa, no desbordada, mas bien con aire de misterio que hacía juego con su vestir, recatado, fino y elegante.

Coincidíamos en horario, yo pasaba a comprar un rico café mientras ellos conversaban animadamente sobre sus días compartidos.

Aquel dia los ví, él saludó como siempre, efusivo, cordial, ella afectuosa, cálida…sin conocerlos puedo deducir : «Hey, son felices», al parecer disfrutan de esa rutina cotidiana que todos llevamos.

Con el pasar de los años, ya no los ví más…quizás están en otra esquina,  otra ciudad, haciendo otros planes, llevando otras vidas.

No lo sé… pero casi podría asegurar que su brazo protector sigue rodeando aquellos hombros femeninos porque es su misión, su vocación, será que así me gusta verlos, será que así me gusta verme, cuando pasen muchos años.