NO ES CUESTION DE RISA

Ya he hablado de «la risa» y todo se lee muy refrescante muy placentero…pero los ataques de risa de los que sufro ocasionalmente, son definitivamente OTRA COSA.

Mis ataques de risa fueron diagnosticados en la niñez como «exceso de alegría» . A pesar de mi temperamento tranquilo y la temprana timidez ya se iba gestando este «raro mal»…sus síntomas eran sencillos y al desatar la risa incontrolable podía durar muchos minutos.

Yo los sufría de una forma llevadera y poco a poco fui conocida como «la muchacha que se sale de los salones en plena clase» (o en las funerarias lo que es peor).

Nunca fui de las que ríen nerviosamente o se ríen por todo, sencillamente era atacada por este mal (no genético) y debía asumir las consecuencias.

Pero hasta ayer, no lo había vuelto a padecer.

En el momento menos oportuno (como siempre), en el lugar menos indicado, fue desatado por un joven cuya voz le hizo una mala jugada y sencillamente «se le fueron los gallos» jajajaja, disculpen no sé como escribirlo de una forma decente.

El joven no conforme con hablar de esta manera seguía hablando y hablando (gallos iban y venían ) exponiendo su caso muy seriamente, yo no podía creer lo que pasaba…

– «Si quiere tome agua y regrese» , le dije intentando alejar al detonante…pero él seguía hablando :

-«No gracias», dijo con «más gallos» aún.

No pude más y comenzó la risa, desde adentro, sentía estremecer mi vientre, conteniendo el impacto, sintiendo mis ojos humedecerse y volviendo a sufrir de aquel mal adolescente, incontenible y sencillamente infinito.

Luego de muchos minutos atacada y de pedir disculpas ante el enmudecido joven , tan sólo pude entre casi sollozos explicar débilmente ;

-Mil disculpas, fue involuntario… y créame : no es precisamente cuestión de risa…»