Dolores se hizo madre sin comprender la adolescencia.
Salió de su terruño de noche para no ser notada, con su pequeña,
Dolores caminaba por las calles de ese extraño pueblo, sin sonreír, aunque motivos podía tener, prefería no esforzarse en ser risueña,
Dolores cuando llegaba cansada por las noches sólo escuchaba el llanto de su pequeña, a quien arrullaba y calmaba con su leche materna,
Dolores sentía su nombre en cada parte de su cuerpo y los días parecían años que se posaban en su cabellera,
Dolores tenía un secreto cuando de noche se hacía silencio, y posaba su cutis en su almohada y compañera,
Dolores necesitaba llorar siempre…y lo hacía de noche, acostada bajo “la luna lunera”,
Dolores se acostumbró a sentir las lágrimas de lado y le hicieron surcos profundos…en sus ojazos,
Dolores no desperto un día que murió de tristeza y cuando quisieron llevar su almohada, fiel compañera de sus penas,
muchas lágrimas se desbordaron, cual río crecido y salado,
es que Dolores se acostumbró a llorar de noche, a sentir las lágrimas…de lado.
DOLORES
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Que buen cuento! Triste pero muy bueno
Cuanto Dolor en Dolores!!!
Hermoso.
Salud
Muy bonito cuento, el nombre va con su sufir…
Lindo ami, a pesar de su tristeza… Cómo cuando me pasabas los papelitos en la Universidad adivinando mis penas… Un abrazo… Vero
Y pensar en cuantas Dolores hay y nadie las lloró, bello homenaje a todas ellas…
te felicito!
Karl
Que buena historia, aunque es algo triste y dolorosa.
Saludos amiga Marianne, tiempo sin pasar por aqui.
Espero estes bien…
Dolores… muere?
Si Totem, de infinita tristeza…
Excelente texto y profunda reflexión.
Seguimos en clave…
OYE FLACA BELLA QUE BUENO REGRESAR A LEERTE, QUE POST TAN HERMOSO, ESA TRISTEZA DE DOLORES, HACE QUE TE LLUEVA UN POCO EN EL ALMA…. BESOS MIL