RESPETABLE EDAD…

La señora de muy avanzada edad vacilaba ante la intimidante escalera eléctrica.
Sin pensarlo dos veces me acerqué y en un tono de camaradería improvisada le dije :
– Si quiere, bajamos juntas…
-¡Sí! Muchas gracias…realmente me da mucho miedo, una vez me caí con maleta y todo, dijo con marcado acento italiano.
– Mi abuela es igualita, le dije mientras bajábamos juntas (mentirilla piadosa, mi abuela es más fuerte que el odio, pero no venía al caso).

Sentí su fragancia otoñal, su brazo tembloroso y su postura indefensa me despertó reflexiones…
-¡Gracias hija!, fue su frase de despedida…

El paso del tiempo tratará de hacernos humildes, obligatoriamente necesitados, acentuará temores, nos hará dependientes y niños otra vez … Ojalá (me digo yo misma), tuviéramos eso siempre presente ante la gente de avanzada edad, la paciencia, la tolerancia y sobretodo, el respeto…
Les dejo un abrazo 😉

14 comentarios en “RESPETABLE EDAD…

  1. Yo siempre trato de ayudar;y me molesta muchísimo cuando gente (no siempre jóven) desprecia a los ancianos… aunque a veces ellos no se dejan ayudar, más de una vez les he ofrecido el puesto en el metro y hasta me regañan!! si, una vez una señora me regañó porque ella no era tan viejita para yo darle mi puesto; y una vez otra ancianita al subirse a un autobús le cayó a carterazos a un señor que intentó ayudarla a subirse… cosas que pasan, sin embargo me complace mucho ayudarlos, bien sea a cruzar una calle, montarse en un carrito, o darles mi puesto en el metro; porque es cierto lo que dices, nosotros tambien llegaremos a necesitar ayuda.
    saludos!!

  2. Bueno amiga no todos los viejitos son así, hay algunosa quienes lespreguntas si necesitan ayuda y te salen con: No! Yo puedo sólo, acaso soy un viejo inservible, o cosas así, bueno, me ha pasado.

    Saludines

  3. Tu post me vino como un sacudón (tú como que eres bruja)….justamente esta tarde casi le fundí los oídos a una viejita porque yo andaba de afán a ver un cliente y ella iba manejando como a 10 mph por la vía rápida, frenó en seco (siempre en la left lane) en medio de la avenida para curiosear una «yard sale», (por milimetros no hubo un choque múltiple) y para más ternura puso luz de cruce para la izquierda cuando en realidad iba a la derecha (yo que casi la jodo por querer adelantarme por la derecha, lo cual estaba correcto)…la verdad hay que amarlos y tenerles paciencia, y rogarle al Señor que le quiten las licencias de manejar a aquellos que ya pasan de los ochenta..
    Au revoir ma belle Xtreme 🙂

  4. Lo que dice Adriana es cierto. A veces no solo debe tener uno el corazon para ayudar a la gente, sino que la gente debe tener la humildad para dejarse ayudar. En fin, ese es uno de tantos males de esos que nos aquejan, no?

  5. Me asusta la perspectiva de llegar a tener que depender de otra persona, creo que me molestaría mucho, tal parece que seré uno de esos viejitos groseros que desprecia la ayuda de los demás.

  6. Siempre que tengo la oportunidad lo hago… mi abuelita fue una persona que recibio muchas atenciones en la calle… una vez, cruzando una avenida, se cayo en el medio de la calle… se detuvo un motorizado y un carro y la trajeron a casa… les estuve eternamente agradecida y ahora cada vez que una persona de edad dorada requiere de una ayuda, pienso que es la abuelita de alguien tambien

  7. Sabes? Si todos tuvieramos conciencia, q si la vida lo permite, llegaremos a esa edad, dejariamos de ser a veces, tan ciegos, y condescendientes, por que vamos a estar claros, por mas amargado que pueda ser un viejito, siempre despues de acercarnos nos despiertan ternura y nos sacan una sonrisita!!! ASi que señorres ayudemos un poquito y regalemos una sonrisa hasta cuando atendamos el telefono….. Chica Xtreme, mi flaca bella, una vez mas gracias, por contarnos cosas tan cotidianas, que particularmente me invitan a detenerme un poco y disfrutar de todo alrededor, siendo extremo, pero`pendiente….

  8. Los tercos, orgullosos y autosuficientes nos convertimos en esos abuelos obstinados que no se dejan ayudar por nadie ni siquiera para abrir un frasco… pobres de nuestros nietos

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